CELTIC LEGENDS... un viaje hacia la leyenda

En una tarde cualquiera de otoño en Santiago, esas con un poco de olor a invierno por el viento tibio, fue que me sorprendió  Celtic Legends, primero en un café de providencia cercano al teatro Nescafe, donde me presentaron a algunos de los músicos encargados del show, muy sencillos y cercanos me contaron que estaban fascinados con lo poco que habían visto de Chile y que de todas formas les gustaría volver. De pronto en medio de la conversación apareció Gerard Hayes, coreógrafo, bailarín y creador de Celtic Leyends, quien muy amablemente me contó de su proyecto. Un espectáculo diferente, que necesariamente sacara las pistas grabadas de música para transmitir toda la energía de la banda en vivo donde la energía  fluyera a través de los bailarines entre los músicos y el público. Un espectáculo  más cálido y cercano,  con micrófonos en la suela de los zapatos.-algo que debo confesar no me había tocado ver hasta ahora y cuyo efecto es increíble -.Mientras me narraban  esta introducción paulatinamente mis expectativas respecto al show fueron subiendo y me empecé a poner ansiosa por entrar al teatro lo que finalmente ocurrió puntualmente, me encontré  allí con Cristian Ulrrich, mi compañero en esta aventura.

            Una vez en mi asiento de la segunda fila  comenzaron a sonar en la oscuridad los inconfundibles tonos de una gaita irlandesa que  suavemente nos transportaba a parajes lejanos de acantilados marinos y verdes praderas. Los músicos se dibujaban al fondo del escenario: violín, flautas, acordeón, y guitarra, sin mayor escenografía que lienzos blancos tendidos en el fondo y luces cálidas dibujando unos triskells. Llenaban el espacio de algo íntimo muy difícil de lograr en los grandes teatros.

      Los bailarines irrumpieron al son de un reel donde se alternaban solos de zapateo y muchas sonrisas, desde el primer momento se puede ver que lo más valioso de la puesta en escena de los que conforman el cuerpo de baile es que lo están pasando bien y se les nota. No por esto descuidan  el aspecto técnico,  es un espectáculo de gran nivel  con pasos complejos y  sincronizados; pero tienen eso que no regalan las horas de ensayo sino el compartir  la pasión por la danza.

        Los bailes se intercalaban con canciones más entusiastas o melancólicas donde los músicos se robaron la película, las canciones del guitarrista y el solo de violín interpretado por una carismática colorina entusiasmaron a toda la audiencia.

       Los bailes también variaban en intensidad destacando un sleep jig  liviano y grácil y los jigs muy dinámicos  con  solos de Gerad Hayes que hacían parecer que sus pies cobraban vida propia. Una mención especial merece un duelo de zapateo a Capela donde dos bailarines elevaban la dificultad alternándose mientras el público elegía favorito. Lo mejor era notar que los bailarines estaban realmente disfrutando,  cada uno con su individualidad intacta formaban un todo que no era uniforme, sino la suma de  sus particularidades, la primera bailarina siempre sonriente y sus compañeras cada una distinta llenando el escenario de gestos espontáneos de celebración lejos de las  sonrisas mecánicas y repetidas.

        Finamente Last But not less , debo decir que se agradece que el espectáculo haya sido presentado con un correcto español por el gaitero de la banda y  que los integrantes de Celtic Legends hayan donado la totalidad de sus sueldos por el show en Chile a los damnificados por el terremoto que recientemente azotó nuestro país.