LOREENA MCKENNIT. La reina de los bosques visita Chile

El viernes 9 de noviembre tuvimos la fortuna de ser testigos de uno de esos conciertos largamente esperados, de esos que tienen un aire de ensueño, por el solo hecho de estar cerca del escenario de alguien con quien creciste musicalmente y que sus canciones, con el paso de los años, fueron convirtiéndose en la banda sonora de cientos de historias de gran parte delos asistentes, marcando incluso, para muchos, una senda de vida.

Un teatro  Caupolicán lleno esperaba con ansias y nerviosismo, expectante por ver como serian los primeros pasos en Chile de una gigante de la escena celta mundial, Loreena McKennitt, sobreviviente musical de muchos de los exponentes y referentes mundiales del celtismo.

Así, sin mas, de pronto y humildemente, la reina de los bosques se hizo presente con su calma y tranquilidad, pero con una potencia única, de esas que mueven universos, en donde los asistentes no podían contener su emoción asomando gritos ocasionales para expresarle su cariño.

El escenario estaba mas bien marcado por la sobriedad y con características técnicas mas bien vintage, y sin mostrar ninguna intensión de innovación en su música, simplemente, por que no lo necesita, como tampoco un espectáculo visual mayor, pues resulta tan contundente e hipnótica su música (y su voz) que se sustenta por si misma, cimentada por músicos de alto nivel y con otra "bruja" en el Cello que marcaban el poder de dos tremendas mujeres en escena.

Su voz es tema aparte.

Desde su primer álbum en 1985 hasta su concierto en Chile es como si no hubiese pasado un solo día por su voz y el tiempo se hubiese detenido en ella y estos 33 años transcurridos solo bordearon el bosque en que habita dedicándose solo a contemplarla de lejos y deleitarse de su voz, estremecedora y evocativa, técnicamente impecable y cargada de recuerdos y sensaciones, inundo el teatro y traspaso hasta la medula a cada uno de los espectadores, que miraban sin respirar y con lágrimas en los ojos esa visión, que no sabían si era del todo real.

Sin lugar a dudas un espectáculo inolvidable el cual lo cerramos de una manera mágica estrechando la mano de Loreena en donde el tiempo nuevamente torció su curso y miro hacia el lado por un instante, quizás, solo extrañamos el preámbulo de algún exponente nacional para abrir esta mágica velada y ayudar a prepáranos del shock inicial de ver en Chile a esta tremenda artista.

Agradecimientos a Carolina y todo el equipo de producción.

Todas las fotografias por SERGIO CORTESE (Prohibido su uso sin consultar)