LOS PUEBLOS Y LENGUAS CELTAS
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Los Celtas, Pueblo de origen indoeuropeo que invadió Europa en los primeros momentos del año 600 a.C., Edad de Hierro, siendo los introductores de una nueva cultura llamada de La Tène, caracterizada por el uso del hierro y ritos funerarios de inhumación en fosas rodeadas de piedras, formando túmulos.
El nombre "celtas" proviene del vocablo griego keltoi con el que se designaba la gran familia celta, compuesta por diversidad de elementos étnicos, que ocuparon diferentes zonas de Europa, desde las costas del Atlántico hasta las riberas del Mar Negro; desde Irlanda, Dinamarca y el norte de Francia hasta ciertas zonas del Mediterráneo, al sur.
Tipológicamente eran dolicocefálicos [1], rubios y de elevada estatura y su origen se relaciona más claramente como una división de los pueblos caucásicos que como una parte de los pueblos nórdicos. Desde el punto de vista histórico, los celtas fueron los primeros que formaron en Europa central un imperio entrando en contacto con otros pueblos de los que asimilan otras formas de vida, como fueron los ritos funerarios aportados por las emigraciones procedentes del centro y sureste de Europa que introducen el rito de la cremación de los cadáveres cuyas cenizas se depositan en urnas bajo tierra (cultura de los campos de urnas). La superioridad de sus armas, espadas de hierro, les dotó de un poder dominador, pero se mezclaron con los pueblos conquistados. Durante el período del Hallstatt (650-400) dominaron a los ligures [2] en el centro y norte de la Galia, llegaron a las islas Británicas y penetraron también en la península ibérica, a principios del siglo V a. C. (aunque las primeras manifestaciones célticas se datan en los campos de urnas de Cataluña del siglo IX), donde vivían fenicios e iberos. En el norte de la península Itálica lucharon contra los etruscos, en la península de los Balcanes derrotaron a los griegos y saquearon el santuario de Delfos. Llevaron sus conquistas hasta el Asia Menor.
Nunca llegaron a formar un estado unitario, pero sí poderosos grupos semifeudales unidos por necesidades de defensa común. Con el desarrollo de La Tène (hacia el año 400 a.C.), los celtas, ahora denominados galos, invaden el valle del Danubio y parte del Asia Menor, pero poco después comienzan a ser derrotados, especialmente, por los romanos que, al extenderse por el Mediterráneo y por Europa, colisionan con el mundo céltico. Durante el siglo III a. C., el Imperio Celta perdió su unidad y se desintegró en multitud de reinos independientes. No obstante, sus restos en lo que actualmente es Francia, España e Italia y entre otros países, resistieron bravamente a las legiones romanas. En España probablemente entraron por los Pirineos y después de extenderse por el norte y oeste siguieron haciéndolo por el centro y sur. Fueron rápidamente absorbidos por los indígenas, los íberos, dando lugar a la raza celtíbera. La cuenca alta y media del Duero y los montes de la cordillera Ibérica parecen haber sido los núcleos más importantes del celtismo hispánico, pese a conservarse sus caracteres con mayor pureza en el área del litoral galaico-portugués.
Sus caracteres culturales se cifraban en tener una religión panteísta [3] y misteriosa [4]. Creían en la reencarnación o transmigración de las almas [véase metempsicosis] y en la existencia de otra vida después de la muerte. Adoraban a los astros y a dioses superiores, que tenían suficiente poder para influir en su destino, adversa o favorablemente. Su culto lo practicaban en la cumbre de una montaña o en la espesura de los bosques y hacían sacrificios humanos a sus divinidades. Era una raza sumamente belicosa que, en tiempos de paz, se dedicaba a la caza y a la pesca, quedando las mujeres al cuidado de las faenas agrícolas y domésticas. Las cosechas se repartían por igual entre todos los ciudadanos y éstos estaban divididos en cuatro categorías sociales que correspondían al sacerdocio, la nobleza o jerarquía guerrera, el pueblo y los esclavos.
Las Lenguas Celtas
Subgrupo de lenguas dentro de la familia indoeuropea habladas por los descendientes de los celtas. El asentamiento original de estos pueblos parece haber sido la zona centroeuropea que actualmente corresponde a Austria y Bohemia. Durante el primer milenio a.C., se extendieron progresivamente hacia el oeste (en dirección a las Islas Británicas, Francia y la Península Ibérica), hacia el este (Rumanía y los Cárpatos) y hacia el sur (Italia, Grecia y Anatolia). En el siglo IV a.C. ya representan una civilización importante, con una cultura y organización social fuertemente desarrolladas para su época. En el año 390 a.C. conquistan Roma y llegan a asentarse en el norte de Italia, creando la llamada Galia Cisalpina. Durante el apogeo de su civilización (alrededor del año 100 a.C.), los celtas dominaban un amplio territorio que se extendía por casi toda Europa occidental. Posteriormente, con la expansión del Imperio Romano, estas “tribus bárbaras” experimentaron un proceso de asimilación cultural que los llevó a adoptar las costumbres y la lengua de sus conquistadores. Hacia el año 400 d.C., la presencia celta en la Europa continental era reconocible sólo en topónimos. Ha sido únicamente en las Islas Británicas donde los celtas han preservado parte de su identidad nacional y étnica. La variante hispánica del celta dejó de ser hablada a comienzos de la era cristiana.
Clasificación de las lenguas celtas
Las lenguas celtas se dividen en dos ramas principales:
a) Continental. Está representada en exclusividad por el galo, que desapareció completamente de la región francesa en que se hablaba, la Galia, cuando los romanos la conquistaron e impusieron el latín (cuya variante local se convirtió con el paso del tiempo en el moderno francés).
b) Insular. Engloba a su vez los subgrupos gaélico o goidélico (irlandés, gaélico escocés, manés) y britónico (galés, bretón, córnico). El irlandés, el gaélico escocés, el galés y el bretón gozan hoy en día de una relativamente amplia aceptación en sus regiones de origen, con una presencia habitual en la educación, la prensa, la radio y la televisión. El córnico se extinguió como lengua hablada a finales del siglo XVIII, mientras que el manés lo hizo en 1974 (cuando su último hablante nativo murió).
Los primeros colonizadores celtas de las Islas Británicas llegaron en la segunda mitad del primer milenio a.C., y hablaban la variante britónica de la originaria lengua llamada protocelta. Éste fue el dialecto que imperó en la región durante mucho tiempo, incluso durante la dominación romana de la isla. Desde el siglo VII d.C. en adelante, la presión de los anglosajones obligó a los celtas britónicos a retirarse hacia las costas occidentales, y además sufrieron los ataques de unos nuevos e inesperados invasores, sus “primos” los celtas gaélicos. Estos últimos se asentaron finalmente en Irlanda, y desde allí se extendieron posteriormente hacia el oeste de Escocia, el noroeste de Inglaterra y la Isla de Man. A su vez, los celtas britónicos pasaron de Cornualles a la región francesa de Bretaña entre los siglos V y VI, creando un enclave continental estable. La distribución lingüística originada por los anteriores procesos migratorios ha permanecido inalterada hasta el momento presente. En la actualidad, las lenguas celtas presentan un carácter marcadamente local, ya que apenas han extendido su influencia fuera de las Islas Británicas y el norte de Francia. Se trata de la única rama lingüística indoeuropea cuya supervivencia se halla seriamente amenazada. A pesar de los intentos por promover su enseñanza y su habla, pierden terreno progresivamente en favor del inglés y el francés. Se estima que su número total de hablantes ronda actualmente los 1,7 millones*, aunque con cada generación que pasa esta cifra disminuye considerablemente.
*[Fecha de referencia estadística: 1997]
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NOTAS
Dolicocéfalo.- Dícese del hombre en el que la longitud del cráneo es mayor que la anchura.
Ligures.- Antiguo pueblo establecido en la costa mediterránea, aproximadamente entre las actuales ciudades de Marsella y de la Spezia, y en el traspaís, en las dos vertientes de los Alpes. Los ligures se enfrentaron con energía a los romanos pero fueron vencidos por éstos hacia 180 a. J.C.
Panteísmo.- El concepto de que Dios es inmanente en todas las cosas.
Los Misterios.- No sé si el texto alude aquí al significado actual de la palabra 'misterioso' pero en la antigüedad la palabra 'misterio' no significaba algo misterioso, desconocido o extraño, sino que aludía a una gnosis o una sabiduría oculta que no debía profanarse divulgándose a las masas. De esta manera los más conocidos en occidente han sido los Misterios de las Escuelas Órfica y Eleusina, y de Delfos en Grecia, o los Misterios Egipcios de la época faraónica.
fuentes consultadas recopilación: David Letelier
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