UN PASEO POR ESCOCIA

25.06.2008 21:25

 

UN PASEO POR ESCOCIA
Información Recopilada por David Letelier P

Fuentes: Pie de Pagina.                                                                                                                                 

Escocia (en inglés, Scotland; en gaélico escocés, Alba; en idioma escocés, Scotland) 

Es el más septentrional de los cuatro países constituyentes del Reino Unido. Junto con Inglaterra y Gales, forma parte de la isla de Gran Bretaña, abarcando un tercio de su superficie total; además consta de más de 790 islas. Limita al norte y oeste con el océano Atlántico; al este con el mar del Norte, al sur con Inglaterra y al suroeste con el Canal del Norte y el mar de Irlanda. 

El territorio escocés abarca 78.772 km2, y su población se estima en 5.116.900 habitantes, lo que da una densidad de población de 65 habitantes por km2. La capital es Edimburgo, siendo Glasgow la ciudad más grande y cuya área metropolitana agrupa de un 20% del total de la población escocesa.

El Reino de Escocia fue un estado independiente hasta 1707, fecha en la que se firmó el Acta de Unión con Inglaterra, para crear el Reino Unido de Gran Bretaña. La unión no supuso alteración del sistema legal propio de Escocia, que desde entonces ha sido distinto del de Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte, por lo que es considerada en el derecho internacional como una entidad jurídica distinta. 

La pervivencia de unas leyes propias, y de un sistema educativo y religioso diferenciado forman parte de la cultura escocesa y de su desarrollo a lo largo de los siglos.

Surgido en el siglo XIX, el independentismo escocés ha ganado influencia desde finales del siglo XX; representado por el Scottish National Party (SNP, Partido Nacional de Escocia), que aboga por la independencia de Escocia,[1] obtuvo la mayoría simple en el Parlamento escocés en las elecciones de marzo de 2007.


Historia antigua

Se ignora si Escocia estuvo habitada durante el Paleolítico, ya que las sucesivas glaciaciones que cubrieron su actual territorio han destruido todas las evidencias de asentamientos humanos anteriores al periodo Mesolítico. Se cree que los primeros grupos de cazadores-recolectores llegaron hace unos 11.000 años, cuando los hielos de la primera glaciación comenzaron a retirarse hacia el norte. Los primeros asentamientos aparecieron en el territorio escocés hace aproximadamente 9.500 años, y los primeros pueblos hace unos 6.000. De este periodo data por ejemplo el asentamiento de Skara Brae, en la más grande de las islas Orcadas, que se encuentra en muy buen estado de conservación, así como otros restos de viviendas, enterramientos y centros rituales del Neolítico encontrados sobre todo en las islas escocesas. Esta abundancia de construcciones que han sobrevivido al paso del tiempo puede deberse a la ausencia de árboles en la zona, que permitió a los pobladores primitivos crear construcciones en la propia roca local.

(Restos de un asentamiento neolítico en Skara Brae, en las islas Orcadas.)

Romanización de Escocia 
La historia escrita de Escocia comienza con la romanización del centro-sur de Gran Bretaña (las actuales Gales e Inglaterra, que formaban la provincia de Britannia). Los romanos llamaron inicialmente Caledonia ("Tierra de Caledonios") a Escocia, por el inmenso bosque de pinos caledonios que se extendía de norte a sur y de este a oeste por todo el país. El principal pueblo asentado en aquella época en la región escocesa era el de los pictos, así llamados, aparentemente, por su costumbre de pintarse el cuerpo. Los escotos, por su parte, eran un pueblo de origen irlandés, también conocido como dalriadas, que se estableció en el oeste de Escocia. Durante este periodo existían por lo tanto dos reinos diferenciados: el del oeste de Escocia, Scotland, y el reino picto del este, Alba.
La romanización de Escocia fue un largo proceso con multitud de interrupciones: en el año 83 a. C., el general Cneo Julio Agrícola derrotó a los caledonios en la batalla del Monte Graupio, lo que permitió la construcción de una cadena de fortificaciones conocida como Gask Ridge, cerca de la Falla de las Highlands (sin adentrarse, al parecer, más al norte); poco después, sin embargo, los romanos se retiraron a los Southern Uplands ("Mesetas del Sur"), es decir, al tercio más meridional de Escocia, y comenzaron la construcción del Muro de Adriano para controlar a las tribus de la zona. Esta línea marcó durante casi todo el periodo de ocupación romana el límite septentrional del Imperio Romano, pese a la construcción, más al norte aún, del Muro de Antonino. Esta frontera sólo pudo ser defendida durante breves periodos de tiempo, de los cuales el más tardío tuvo lugar entre los años 208 y 210, durante el mandato del emperador Septimio Severo. En total, la ocupación de estas zonas de Escocia por parte de los romanos se extendió durante no más de 40 años, aunque la influencia latina en la parte más meridional, sobre todo entre las tribus de origen bretón, fue más duradera.

Historia medieval 

El reino de los pictos (con sede en Fortriu hacia el siglo VI) experimentó un importante desarrollo durante la Edad Media, quizás como respuesta al propio imperialismo romano.Un hito importante en esta lucha por la supervivencia y la ampliación fue la batalla de Dunnichen (685), en la que los pictos derrotaron a las tribus de Northumbria durante el reinado de Bridei III (671–693). El reinado de Óengus I (732–761) fue igualmente un periodo de consolidación para el reino picto. El reino de los pictos ocupaba en esta época, según la descripción de Beda el Venerable, una extensión similar a la que después ocuparía el reino de los escotos durante el reinado de Alejandro I (1107–1124). Sin embargo, ya en el siglo X, el reino picto fue dominado por una cultura de origen gaélico, estableciendo el mito de la ascendencia irlandesa de la dinastía real de Cináed mac Ailpín (Kenneth MacAlpin o Kenneth I). En los siglos siguientes, partiendo desde su territorio original en el este de Escocia, al norte del fiordo de Forth y al sur del río Oykel, el reino picto logró controlar las tierras del norte y del sur. Hacia finales del siglo XII, los reyes de Alba habían añadido a su territorio el área angloparlante del sureste de Escocia y dominaban también las zonas de Galloway y Caithness; al final del siglo XIII, este reino se había extendido hasta alcanzar la extensión aproximada de la Escocia actual.

(fotografía Robert the Bruce a la entrada del Castillo de Stirling.)

Sin embargo, ciertos procesos culturales y económicos iniciados en el siglo XII iban a hacer que durante la Baja Edad Media Escocia adquiriera rasgos bien diferentes. El principal impulso a esta transformación se produjo durante el reinado de David I de Escocia, que inició lo que se conoce como la Revolución davidiana. Esta es la época en la que se introduce el feudalismo en Escocia, se reorganizan las formas de gobierno y se fundan las primeras ciudades y pueblos con fueros propios (los llamados burghs). Estas instituciones, así como la inmigración de caballeros y clérigos franceses y anglo-franceses, facilitaron un proceso de "ósmosis cultural", durante el cual los territorios meridionales y costeros del reino de Alba se convirtieron en angloparlantes, como ya lo eran muchas de las tierras recién conquistadas en el sur; el resto del reino, en cambio, siguió conservando la lengua gaélica.
La muerte de Alejandro III en 1286, seguida por la de su nieta Margarita I, rompió la línea sucesoria de la dinastía reinante. Esto llevó a la intervención de Eduardo I de Inglaterra, quien puso en el trono a su protegido Juan de Balliol. Cuando su relación se deterioró, se produjo un intento de conquista por parte de Inglaterra, que fue rechazado por William Wallace (Braveheart) en la Guerras de independencia de Escocia. 

Por su parte, Robert the Bruce, conde de Carrick, se proclamó Rey de Escocia con el nombre de Roberto I de Escocia. La guerra con Inglaterra duró varias décadas, y la guerra civil entre los partidarios de la dinastía de Robert the Bruce (quien aseguraba ser descendiente de David I) y los partidarios de los Balliol, apoyados por Inglaterra, duró hasta mediados del siglo XIV. Pese a que la dinastía Bruce fue la vencedora, la ausencia de descendientes de David II permitió a su sobrino, Roberto II, ascender al trono y situar en él a la dinastía Estuardo. Los Estuardo gobernaron Escocia durante el resto de la Edad Media, un periodo de prosperidad que va desde el final del siglo XIV hasta la Reforma, pasando por el Renacimiento. Pese a ello, las luchas con Inglaterra continuaron, así como la división interna entre las Highlands o "Tierras Altas" y los Lowlands o "Tierras Bajas".

Cultura

A lo largo de los siglos, la cultura de Escocia se ha moldeado con la amalgama de distintos elementos. Existe una importante actividad artística, tanto musical como dramática y literaria, influida poderosamente por fuentes tradicionales escocesas, aunque también abierta a influencias externas, en especial europeas. La música ocupa un importante lugar en la cultura escocesa. El instrumento tradicional escocés más destacable es la gaita, en particular la gaita de las Highlands, un instrumento de viento consistente en uno o más tubos sonoros alimentados por una reserva de aire contenida en una bolsa. El Clàrsach o arpa celta, los violines y el acordeón también son instrumentos tradicionales escoceses, especialmente los dos últimos, que forman parte de una típica banda para danzas tradicionales escocesas. Los emigrantes escoceses llevaron consigo muchas de estas formas tradicionales de música, que influyeron en sus países de acogida, por ejemplo en la música country estadounidense.En el panorama musical moderno, existen muchas bandas y artistas originarios de Escocia, tales como Belle & Sebastian, Primal Scream, Travis o Snow Patrol.


La literatura escocesa incluye los textos escritos en Escocia, en inglés, gaélico escocés, escocés, francés o latín. El considerado "poeta nacional", Robert Burns, escribió tanto en escocés como en inglés, aunque gran parte de su obra está escrita en una versión simplificada del escocés accesible para un público más amplio. Otros escritores escoceses de renombre internacional son Sir Walter Scott y Arthur Conan Doyle, cuyas obras tuvieron una repercusión internacional a finales del siglo XIX. James Matthew Barrie, autor de Peter Pan, fue el creador del movimiento conocido como "escuela de Kailyard", también a finales del siglo XIX, que volvió a poner de moda la fantasía y el folklore en la literatura.Esta tradición literaria ha sido considerada por algunos críticos como un freno a la evolución de la literatura escocesa, ya que se centraba en una imagen pastoril e idílica de Escocia. Algunos novelistas modernos, como Irvine Welsh (autor de Trainspotting), han optado por reflejar las realidades más crudas de la vida contemporánea en las ciudades escocesas, utilizando para ello el inglés de Escocia.


La televisión nacional es BBC Scotland (BBC Alba en gaélico), que forma parte de la British Broadcasting Corporation, el canal público del Reino Unido. Además de dos canales de televisión, la BBC también posee canales nacionales de radio: BBC Radio Scotland y BBC Radio nan Gaidheal, entre otros. Las principales televisoras privadas en Escocia son la STV y Border Television. También existen periódicos específicos del ámbito escocés, como el Daily Record, el The Herald (publicado en Glasgow) o el The Scotsman. Entre los periódicos de difusión local o regional destacan el The Courier, publicado para Dundee y el este de Escocia, y el Press and Journal, para Aberdeen y el norte.


La prenda tradicional escocesa es el kilt, la mal llamada "falda escocesa" —término que ofende a los escoceses—. El kilt suele estar hecho de lana, con un diseño de tartán que, tradicionalmente, se asocia a un determinado clan escocés. Cada escocés recibe un kilt a muy temprana edad, y lo utilizará en ocasiones especiales, como bodas, bautizos, comuniones... El kilt se enrolla alrededor de la cintura, y cubre la parte inferior hasta la altura de las rodillas; además, dado que no tiene bolsillos, puede complementarse con un bolso especial denominado sporran. En contra de la creencia popular de que bajo el kilt no debe vestirse ropa interior, lo cierto es que no hay ninguna norma establecida al respecto.

Lenguas

Las lenguas habladas en la actualidad o en el pasado en Escocia se dividen en dos familias: lenguas celtas y lenguas germánicas. La única lengua celta que todavía se conserva en Escocia es el gaélico escocés, hablado en algunas zonas de las Highlands y en las Islas Hébridas, pero que anteriormente se hablaba en zonas mucho más amplias, como atestigua la toponimia. Una variante del gaélico se hablaba también en la zona suroeste de Escocia, alrededor de Galloway, y también en Annandale y Strathnith, pero ha desaparecido. Ambas lenguas provienen del gaélico antiguo, descendiente a su vez del gaélico primitivo. Según el censo de Escocia de 2001, aproximadamente un 1% de la población total son hablantes de gaélico escocés.


Además, en la Escocia actual se hablan dos lenguas germánicas: el escocés y el inglés de Escocia. El escocés (en inglés, Scots o Lowland Scots) se habla en el sur de Escocia, en la zona conocida como Lowlands. Proviene de una variante septentrional del denominado inglés medio conocida como "escocés antiguo". Según el censo de 2001, aproximadamente un 30% de la población se consideraba hablante fluido de scots. El inglés de Escocia, por su parte, es el dialecto estándar del idioma inglés hablado en Escocia. En él pueden encontrarse influencias del escocés y del gaélico escocés. La variante más septentrional constituye un dialecto diferenciado, el inglés de las Highlands, más influido aún por el gaélico escocés.


Bandera de Escocia Escudo de Escocia

 

fuentes consultadas
Wikipedia la enciclopedia libre  https://es.wikipedia.org/wiki/Escocia

recopilación: David Letelier